Una gata en la tarde gris .

>> jueves, 29 de octubre de 2009




Hoy fue una tarde gris, de noticias inesperadas, de esas que te descolocan…

Hoy había tormenta, la electricidad se fue, y las novedades que asesinan la felicidad del día, esa felicidad planteada cuando te levantas de la cama, se desvanecieron…

Me sentí asfixiada, débil, indefensa, pequeña. Recordé la edad que tengo, y pensé, cuantas cosas quiero hacer y postergo y postergo, porque soy joven y el tiempo es eterno.

Tome mi coche, y salí a recorrer, como escapando, o como buscando, no lo se..

Débil, dios, no me gusta sentirme así, pero no podía evitarlo, quería un abrazo, quería mimos, pero estaba sola, hace tiempo no sentía angustia por la soledad…fue increíble la sensación de entonces.

Comencé a observar a la gente a través de las vitrinas de las tiendas, a las personas que caminaban aceleradas, escabulléndose, refugiándose de la lluvia o que se yo, tal vez de otras cosas, imaginaba que huían de sus vidas, o del tiempo, en fin, escapaban de algo, escondidos
bajos sus paraguas.

Seguí conduciendo, por instinto, pensando en todo lo que deseaba hacer en ese momento, y en mi vida, todos esos pequeños planes, y los grandes proyectos, en las cosas que he dicho y por las que debo disculparme, y en las que he guardado, y ciertamente debo decir.

Pero no quería pensar, y estacione cerca de un puente, abajo, un angosto rió, muy lejos de la bulla de la ciudad, y mire como el agua corría, y como caían las gotas de lluvia, al principio me parecían
todas iguales, mire con detención, y vi que ni una era idéntica a la otra…

Me regreso a la realidad el sonido de mi móvil, que no conteste…

Solo en ese momento me fije que ya era muy tarde, y que estaba completamente empapada.

Pensé, Miriam , debes regresar…el mundo real esta allá y tu perteneces a el, no pierdas el tiempo mirando como la lluvia se pierde en el río, que los minutos son como las gotas y la vida como esa gran porción de agua, se pierden ahí, y cuando ya pasa eso, no las recuperas jamás…

Siempre he sido una gata y siempre caigo de pie...
A ver si esta vez pasa lo mismo




5 comentarios:

ARKADAS 30 de octubre de 2009, 13:07  

Un abrazo muy sentido.

Intimista blog


Salu2

Unknown 30 de octubre de 2009, 15:23  

Dulce Miriam, todos tenemos días o tardes grises. Ninguno es igual al otro.

Me alegra leer que eres como una gata que siempre cae de pie, eso es lo que importa, el saber caerse y caminar.

Un beso.

Paco Guerrero 31 de octubre de 2009, 11:59  

de vez en cuando tambien se apetece una tarde gris....
un abrazo

. 1 de noviembre de 2009, 1:11  

Y al caer, vuelve a levantarte y si necesitas ayuda llévate mis manos para hacerte más fácil ponerte de nuevo en pie, siempre en pie dulce Miriam, siempre...

Ánimo y adelante.

Mil besos dulces bellísima

J.S. 1 de noviembre de 2009, 16:57  

El gris es una tonalidad como otra, en nuestra vida la paleta de colores es inmesa.

En mis campos hay lluvia ¿Recuerdas?
En mis campos brilla el sol
Sin estos dos elementos seria un desierto y tu eres una de mis jardineras que lo cultiva con cada visita.


Un beso, princesa.



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