La coleccionista.

>> domingo, 25 de octubre de 2009



Es su vida, es su hobby, es su pasión.

Lleva toda su vida coleccionando objetos extraños, mágicos, objetos que le transmiten sensaciones y que le hacen sentirse viva. Tiene una gran colección, la guarda en una nave próxima a su casa y la visita con asiduidad para captar las sensaciones que le transmiten sus
trofeos.

En los últimos tiempos está distraída, buscando nuevas cosas que añadir a su colección, quizá la cosa definitiva, la que le haga sentirse como nunca antes. O quizá solo sea que tiene algunos
problemas laborales. El caso es que últimamente no ha pasado por su nave a sentir su colección.

Esta tarde está deprimida, coge su flamante auto y se dirige a su lugar preferido en el planeta, a su nave.

Al llegar a la puerta, nota algo extraño, esta abierto...

Entra y sus facciones se desencajan... papeles por el suelo, cristales rotos, desorden, un caos... la furia le invade... empieza a ponerse muy nerviosa, los ojos se le humedecen entre ira e impotencia. Le han robado...

Empieza a observarlo todo, recoge cuanto puede, y repasa su colección, poco a poco va observando sus cosas más valiosas... y recapitula a ver que le falta.

Entonces se sorprende... extrañamente no falta nada... está todo... espera... no. El libro de cuentos.

Es un viejo libro de cuentos que tiene muchos años, al que ella no le tenia un especial aprecio, era una edición original y manuscrita, aunque en el mercado no estaba muy valorado, aunque era realmente raro y especial. No pasa nada... -piensa- hacia tiempo que no lo leía... aunque se pregunta, porque no se han llevado el resto de cosas, las cosas más ostentosas... se han arriesgado solo por ese libro... un sencillo y raro libro de cuentos... su cabeza se obsesiona por la
idea.

Pasan los días, ella visita diariamente su nave. Poniéndolo todo como estaba, pero la desazón crece en su interior, recuerda algunos cuentos, pero no llegó a leerlos todos, tenía muchos, surge una gran curiosidad y deseo en ella. Recuerda las casualidades que le condujeron a él y como no le pareció demasiado especial al principio.

Como lo leyó durante una época con avidez y pasión, como poco a poco se olvidó de él... ¿por qué me lo robarían? ¿por qué? Ahora lo necesito, lo quiero leer todo, entero, era mio... -piensa ella-.

Pasan más días. Ella llega a su colección pero ya nada le satisface, busca sus cuadros más caros, sus objetos mas raros... sale a las tiendas de anticuarios a buscar más cosas, pero no, ya no se siente bien... poco a poco siente que ese era el objeto definitivo, que la colección ya no tiene sentido, que no encuentra nada que le satisfaga, que no hay matices que descubrir en todo cuanto posee... y se siente vacía como nunca antes se sintió. Inútil y vieja.

Una tarde en su casa está pensando, está deprimida, y siente que si encuentra a quien le robó su preciado libro, sería capaz de cualquier cosa por recuperarlo. Le pagaría lo que quisiera, lo amenazaría, incluso piensa en matarlo.

Pero no tiene ni idea de como hacerlo, se siente abatida y frustrada.

Y sobre todo se siente muy triste y muy impotente.

Lo que ella nunca sabrá es que al ladrón le saltó la alarma cuando pretendía desvalijarle sus preciados y bonitos cuadros, y las joyas de época, y que presa de los nervios se fue sin quitarle nada.

Su libro sigue en la nave, atrapado y sepultado por culpa de ella en su afán de comprobar que estaba todo en su sitio. Encajonado y olvidado entre dos estanterías y no será encontrado nunca.

Nunca hasta que se deshaga de la colección.

6 comentarios:

Marco 25 de octubre de 2009, 15:23  

Moraleja: quien mucho abarca poco aprieta ¿se dice asi , no?


Precioso este blog Miriam.


Un gran beso,preciosa.

***© BaBy*** 25 de octubre de 2009, 21:02  

Una historia triste, por la obsesion de esa coleccion pedió lo que mas queria.

Espero que rectifique y se de cuenta de su gran error.

Un beso calido

© Capri 26 de octubre de 2009, 11:27  

Cuantas veces colecionamos cosas inutiles y nos olvidamos de lo que realmente vale la pena.

Por avaricia nos olvidamos de lo que realmente vale y es importante y cuando nos acordamos a veces ya es tarde muy tarde

besos

Alfonso 26 de octubre de 2009, 17:20  

Estoy de acuerdo con Capri, la gran mayoría de las veces nos quedamos en lo banal, en lo inútil y no reparamos en lo que realmente merece la pena.

Besos

Unknown 26 de octubre de 2009, 17:56  

Emotiva tu historia Miriam.
Un verdadero descubrimiento, este otro yo.

Un beso.

arnand 28 de octubre de 2009, 16:34  

Gracias por invitarme a visitarte.

Te leeré tranquilo...

Un saludo!



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